Desde que el año pasado me enteré de que en 1º de bachiller se realizaban estos proyectos de ayuda social me emocioné mucho y tenía bastantes ganas de comenzar. Yo elegí ayudar en el comedor social ya que hacía unos años había asistido con el colegio y me gustó mucho. La primera vez que fui en este curso me puse un poco nerviosa cuando empezó a entrar la gente al comedor porque no me acordaba muy bien de cómo funcionaba y sobre todo de sí se me caía un plato al suelo. Cuando serví varios platos se me fue pasando y soltándome más. Me sentí muy gratificada al ver que yo podía ser parte de la vida de estas personas ayudándolas a ellas y a las monjas que sirven allí. Estas personas que vienen al comedor no tienen dinero para comer y tienen que asistir ahí, siendo esa la única comida del día, y nosotros tenemos la suerte de dar dos pasos a la nevera y coger algo de comer. No valoramos las cosas que tenemos los suficiente, hasta que nos ponemos en la piel del otro. Tengo mucha suerte de haber nacido en estas condiciones y no en otras y me gustaría que todos pudiesen tener esa oportunidad.
Mar Grau Molina Nº9 1º bach D
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