En este congreso el Papa empezaba agradeciendo que le hubiesen invitada. Primero habló de los políticos, que deberían de estar llamados a defender y custodiar la dignidad de sus ciudadanos a la búsqueda del bien común, pues esto tendría que ser sus mayores preocupaciones. A demás buscar la satisfacción de las necesidades comunes de sus miembros, especialmente a los que se encuentran en las peores situaciones.
El Papa comenta también que el mundo es cada vez más violento, lleno de odio, atrocidad y codicia, y tendríamos que estar atentos frente a las adversidades, tanto de la religión, como de las otras cosas. Nos informa a demás de la tentación actual, que es descartar todo lo que moleste y nos recuerda la regla de oro: "hagan ustedes con los demás, como quisieran que los demás hagan con ustedes".
Seguidamente introduce el tema de la pena de muerte, recordándonos que cada vida es sagrada y cada persona está dotada de una dignidad inalienable, y tenemos que beneficiarnos en la rehabilitación de los que han cometido un delito y no excluir la dimensión de la esperanza, dándoles así segundas oportunidades. Comenta que sus hermanos obispos han reclamado la aplicación de la pena capital (pena de muerte) y que el no solo se una a apoyarlos, si no que nos anima a que nosotros lo hagamos también.
Sobre el aborto, otro tema muy común también, el Papa comenta que tenemos que defender lo que es la vida humana en todas las etapas de su desarrollo. Si queremos vida, demos vida; si queremos oportunidades, brindemos oportunidades; como tratemos a los demás será como el tiempo nos tratará a nosotros y el Papa está convencido de que podemos marcar la diferencia y dice que en ese congreso están llamados a tener un papel importante, haciendo acciones valientes para implementar una cultura del cuidado, para combatir la pobreza, devolver la dignidad de los excluidos y también para cuidar la naturaleza.
Nos plantea también un pregunta; ¿por qué las aras letales son vendidas a aquellos que quieren dañar la sociedad y a sus individuos? Tristemente el Papa responde; por el dinero. Un dinero sucio y que esto nos debería de poner a alerta de que debemos de acabar con el tráfico de armas.
Por último destaca que la importancia que ha tenido la familia para construir EE.UU. Aún así está preocupado por la familia, que esta siendo ataca, pero destaca como nos enriquece vivir en familia. Dice que una nación es considerada grande cuando defiende la libertad como lo hizo Abraham Lincoln o Martin Luther King, luchando por la justicia y por los marginados. También como hizo Dorothy Day sembrando la paz al estilo de Merlon.
Mar Grau Molina Nº9
Como se sabe, Estados Unidos es un gran vendedor de armas, lo que me
sorprende que lo dijera con tanta naturalidad. Mas me parece perfecto, pues el Papa tiene mucha razón. Se venden armas solo por el dinero, por una avaricia de
poder y de tener más que otro sin importar a quien haces daño, y después culpando
a los otros y lamentándote de ese desastre. Si observamos el vídeo cuando el Papa habla sobre las familias, la mayoría de personas que acudieron al
encuentro se ponen de pie, orgullosos de ser un país al que le importa la
familia, lo que no concuerda con que sea un país donde se vende muchas armas,
pues al disparar cada una de esas armas, una familia se rompe. 
